3. Metodología

3.4. El diario de la investigación o cuaderno de bitácora

A partir de este momento de la investigación, es decir, de la entrada al trabajo de campo, es recomendable iniciar un diario de la investigación. El propósito de este es doble: ayudar en el análisis de la información que se recoja y mostrar el proceso real de investigación, y no únicamente los documentos donde se exponen los resultados y conclusiones finales. La información puede estar organizada como se crea más oportuno. En este caso, se recomienda que tome la forma de un cuaderno de bitácora que se organice por días y en el que se realicen entradas hasta el final del viaje de la investigación.

La naturaleza de la información a incluir también puede ser múltiple. Aquí se proponen los siguientes tipos de entradas:

  • El registro de los hechos se refiere al uso más natural del diario de la investigación. Consiste en ir añadiendo todos los pasos e incidencias que se dan durante la investigación, especialmente durante el trabajo de campo. Algunos ejemplos pueden ser: apuntar con quién se ha contactado hoy y cuál ha sido el resultado, qué entrevistas se realizan cada día o qué lugares y momentos se han observado.
  • El relato de las impresiones va un paso más allá del registro anterior e intenta aportar una percepción subjetiva sobre los hechos que van ocurriendo. Así, si se registra que se ha realizado una entrevista a alguien determinado y en un lugar concreto a una hora, se puede realizar un relato escrito, más detallado, en el que se cuenten las impresiones que ha causado el entrevistado o la entrevistada, observado u observada, las impresiones que ha causado lo dicho o lo visto, e incluso una reflexión sobre la propia actuación, destacando qué se podría haber hecho mejor y qué se ha hecho bien. Estas impresiones ayudarán a mejorar el trabajo de campo según avanza y también a interpretar la información en una fase posterior, ya que estos relatos aportan una visión de sus matices y su contexto.
  • Otra de las recomendaciones es reservar algunas páginas del cuaderno de bitácora para ver cómo van cambiando las propias expectativas acerca de cuáles serán los resultados de la investigación. Lo ideal es poner una pregunta u objetivo de la investigación en páginas aparte, reservando una o dos más para ir anotando dichas expectativas según avanza el trabajo de campo. Esto es útil porque, según se desarrollan las técnicas de investigación, se va analizando la información que se recaba de una manera automática. Este análisis automático muchas veces es muy valioso, porque ayuda a detectar posibles sesgos que se tuvieran al comienzo de la investigación y porque orientan y facilitan el análisis sistemático que se hará posteriormente.
  • Por último, estas tres estrategias descritas servirán para elaborar una especie de conclusiones que recojan qué ideas y/o planes se podrían desarrollar en el futuro para realizar una investigación mejor o más amplia. Estas ideas finales pueden ayudar en el proceso de análisis siguiente, pero su potencial, sobre todo, reside en ser guías para posteriores procesos de investigación.