Sensibilidad contextual

Temática

Instalación

Con algunos referentes tan tempranos como los años 30 del siglo xx, la instalación no se volvió realmente frecuente hasta los años 70, convirtiéndose en la forma de práctica artística predominante desde los años 90 en adelante. La instalación es, sin duda, una consecuencia directa de la extrema sensibilidad por el contexto, puesto que el eje del interés se desplaza desde el objeto concreto (pintura, escultura, etc.) hacia el ámbito espacial en el que nos encontramos ubicados, inmersos, hacia el ambiente, hacia aquello contextual, pudiendo tener en consideración y actuando sobre cualquier aspecto o elemento que incida en un momento dado sobre nuestra experiencia. De todo aquello que caracteriza el espacio, de todo aquello que incluye o contiene y de nuestra posible experiencia en él, el artista habrá elegido algunos rasgos sobre los que actuar, transformándolo o transformando nuestra percepción sobre dicho espacio, focalizando nuestra atención sobre algunos aspectos o recorridos concretos, introduciendo o eliminando elementos de forma calculada. Es por eso que teóricos como Boris Groys caracterizan la instalación precisamente como un sistema de inclusiones y exclusiones, y como una forma de arte que incluye todas las otras.

Puedes ampliar con: Groys, B. (2009). «La topología del arte contemporáneo» [en línea]. Esferapública. [Fecha de consulta: 15 febrero 2019] <http://esferapublica.org/ nfblog/la-topologia-del-arte-contemporaneo/>

1200 sacs de charbon de Marcel Duchamp (1938)
Fuente: https://www.pinterest.com/pin/571886852661026954/

Brown de Carlos Valverde (2011)
Fuente: https://www.carlos-valverde.com/projects/brown/brown.html

Accrochage

El accrochage podría considerarse como un antecedente de las prácticas instalativas, más acotado, mucho más restringido en cuanto al ámbito de su interés y menos ambicioso en cuanto a su voluntad de afectar a la experiencia del sujeto en su totalidad. Hoy en día, de hecho, las prácticas de accrochage han quedado absorbidas o se entienden a menudo como prácticas instalativas de una manera que resulta un poco confusa, puesto que, como vemos, su intención es mucho más modesta. Accrocher es un término francés que significa simplemente ‘fijar’ o ‘colgar algo en la pared’. El accrochage, como práctica, indicaría la sensibilidad por la manera particular en que las cosas se nos presentan, su disposición en el espacio expositivo, el ámbito que ocupan, su relación con recorridos, alturas, agrupamientos, ritmos, el orden de lectura, los objetos vecinos, etc. Esta sensibilidad no se ocupa únicamente de piezas bidimensionales o pictóricas, por supuesto, sino que se tiene que extender a cualquier tipo de objeto artístico, incluso los tridimensionales. El accrochage apenas puede considerarse una práctica que atienda al contexto, puesto que lo tiene en cuenta solo de una forma muy superficial y anecdótica.

Puedes ampliar con: Derrida, J. (2001). La verdad en pintura. Espacios de saber. Buenos Aires: Paidós.

Y también con: O’Doherty, B. (1986). Inside the white cube: the ideology of the gallery space. Santa Mónica: Ed. Lapis Press.

Rosalind Nashashibi a Witte de With, comisariada por Raimundas Malasauskas (2018)
Fuente: https://www.wdw.nl/en/our_program/exhibitions/rosalind_nashashibi_a_solo_exhibition