Introducción
A la hora de crear una performance es muy importante pensar en el sentido y enfoque que se le quiere dar, es decir, cuál es su motor, finalidad y en qué contexto se pretende llevar a cabo. Estas coordenadas, junto al tema y enfoque de la acción, nos pueden ayudar a pensar el tipo de registro que tendrá la performance, es decir, si es una acción de denuncia pensada para ser realizada en el espacio público, o si, aun siendo de denuncia está pensada con un carácter más intimista y autobiográfico, o si tiene un registro en clave de humor y parodia, etc.
¿Qué es?
Aunque hay infinidad de registros, con sus matices y combinaciones, aquí apuntamos siete de los registros más comunes en el arte de acción: de celebración, de resistencia, de cuidados, de participación, de parodia, de denuncia y de ofrenda.
Ejemplos
Reverend Billy y The church of stop shopping (‘La iglesia de dejar de comprar’)
Reverendo Billy es el nombre artístico que creó en 1990 el actor, performer y dramaturgo William Talen. Sus acciones comprenden la performance como un altavoz para reivindicar el cambio social y político en el marco de los movimientos anti-globalización, en la línea de la «guerrilla de la comunicación» o culture jamming, que pretende neutralizar la influencia mediática y el bombardeo de la sociedad consumista. Sus performances se definen en el marco del activismo de desobediencia comercial y la protesta festiva (party and protest) o carnavalesca.
Ataviado como un predicador, le acompaña siempre su coro, que entona mensajes críticos para evitar el shopocalypse (‘el apocalipsis de las tiendas’). Su primera intervención tuvo lugar en 1998 en Times Square en una tienda de Disney, donde encintó a Mickey Mouse a una cruz y lo proclamó como el Anticristo. A esta performance siguieron muchas otras en otros establecimientos, como Starbucks, por su explotación a los productores de café; las instalaciones de Monsanto, por su uso de herbicidas con glysofato; la Tate Modern de Londres, por estar esponsorizada por compañías petroleras; la Torre Trump; Wall Mars, etc. Sus sermones siempre son sobre los males del consumismo, el racismo que hay en la explotación laboral, la contaminación de las grandes empresas, etc. Su personaje no pretende ser una parodia del predicador, sino que mediante esta encarnación hay una voluntad de diluir las fronteras entre la performance y la experiencia religiosa, como se ve en sus acciones donde él y su coro entran en un ritual de trance con sus bailes, cantos y gestualidades. Sus performances de concienciación social son, en cierto modo, como un servicio «religioso» a la comunidad, una llamada real a la población mediante un predicador falso. En su página personal se pueden consultar algunas de sus intervenciones y statement: www.revbilly.com.
Existen dos documentales que siguen las intervenciones del Reverendo Billy. Por una parte, el documental de 2002, titulado Reverend Billy and the Church of Stop Shopping, dirigido por Dietmar Post y Lucía Palacios, de una duración de 1h 30 minutos y uno posterior de 2007, titulado What Would Jesus Buy, producido por Morgan Spurlock, el mismo director de la película Super Size Me, de 2004.
Una de sus acciones de denuncia, titulada Credit card exorcism (‘Exorcismo de la tarjeta de crédito’), se realizó el 20 de noviembre de 2010 en la Iglesia Episcopal St. Peter en Morristown, Nueva Jersey, en la que el reverendo Billy realiza un exorcismo con la ayuda de su coro de gospel Life After Shopping (‘vida después de comprar’, https://www.youtube.com/watch?v=6QiR4jGH1Io).
Ana Gesto
En su blog personal la performer Ana Gesto se define como
«artista a medio camino entre la performance, la vídeo-creación y la fotografía, con una obra con fuerte tendencia hacia el lenguaje escultórico y la experimentación acústica como medio para reafirmar su identidad cultural y sus raíces. La artista centra sus inquietudes en el potencial escénico y documental del medio performático que, teniendo al propio cuerpo como soporte, le permite indagar en la evocación sensorial de otros tiempos y espacios, la interacción entre los diversos elementos híbridos que conforman su imaginario estético, la construcción de un ambiente invadido por referencias armónicas y disonancias superpuestas […]».
El 25 de noviembre de 2015 realiza la acción Nin unha menos (‘Ni una menos’) en la Plaza da Peregrina de Pontevedra, en el marco del festival de performance Mulheres en acción: Violencia Zero.
Se trata de una acción de denuncia contra la violencia de género realizada en el espacio público y en la que Gesto se sirve de una serie de objetos con una fuerte carga simbólica y poética: ollas de cocina, piedras, arena y cenizas. Atada por la cintura a una serie de correas con las que está conectada a unas ollas que contienen piedras, Gesto tiene el reto de caminar por la ciudad arrastrando el enorme peso de las ollas mientras hacen un ruido ensordecedor por las calles, lo que denuncia el silencio colectivo por las muertes de mujeres asesinadas por violencia de género, frente a lo que tendría que ser un ruido insoportable y ensordecedor. En un determinado momento de la acción, frente al cansancio de la performer, le ayudan otros performers (Cristian Gradín, Basilisa Fiestras, Alba Blanco e María Roja) a sostenerse y arrastrar las pesadas ollas en un gesto de sororidad. El cambio de acción en la partitura llega cuando Gesto se desata las correas, se tumba en el suelo y los performers realizan una silueta alrededor de su cuerpo con las piedras que había en las ollas, quizás como un guiño a las acciones «Silueta», de Ana Mendieta. A continuación, los performers extraen arena mediante unos cazos de un saco, y la vierten encima de Gesto como si la estuviesen enterrando. Con el sonido de fondo de las campanas que suenan en la plaza, Gesto se levanta y con la ayuda de los demás performers terminan de verter un saco de cenizas en la silueta y dejan un par de zapatos en la zona de los pies (https://www.youtube.com/watch?v=Ac1ldphRVPM).