El dosier que concursa

Temática

Función, estrategia y riesgos

En el contexto de la práctica artística profesional hay básicamente dos tesituras en las que tendremos que elaborar un dosier de proyecto:

1) Porque nos queremos presentar a una convocatoria y necesitaremos explicar lo que nos proponemos hacer y cómo vamos a emplear los recursos que la convocatoria ofrece.

2) Porque nos han invitado a formar parte de una exposición o ciclo expositivo y necesitamos explicar a la institución o al curador o curadora lo que nos proponemos hacer y cómo vamos a emplear el tiempo y el presupuesto.

La primera situación es la más frecuente en los primeros momentos de nuestra carrera, cuando nos veremos obligados a concursar para conseguir visibilidad y recursos, y además para legitimarnos como agentes en el sector.

Vamos a centrarnos en esta tesitura, puesto que es la primera que nos vamos a encontrar y porque tiene por lo menos dos condicionantes específicos que nos interesa conocer bien:

  • Es un concurso. Esto significa que es imprescindible que nuestro dosier sea un superviviente y que, en última instancia, logre sobresalir por encima de los otros.
  • Podemos resultar ganadores. Esto significa que tendremos que llevar a cabo el proyecto y que, en nuestro afán por seducir, destacar y convencer, no debemos perder de vista la factibilidad de lo que proponemos y nuestra identificación con el proyecto.

Casi todas las convocatorias se estructuran en varias rondas de selección:

  • Normalmente hay una ronda previa de perfil técnico (no la hace el jurado) en la que se descartan los dosieres que no cumplen los requisitos formales exigidos.
  • En la primera ronda, cada miembro del jurado descarta gran cantidad de los dosieres presentados y selecciona solamente unos pocos para discutir posteriormente con los otros miembros del jurado.
  • En la segunda ronda, el jurado se reúne y discute sobre los dosieres seleccionados. El jurado intenta llegar a un acuerdo y cada miembro intenta promocionar sus preferencias.

En la primera ronda hay que sobrevivir (no debe haber ningún motivo de peso para ser descartado). En la segunda ronda hay que seducir para que los miembros del jurado que se han sentido interesados por tu propuesta tengan argumentos de peso para hacerte avanzar hacia los últimos estadios de la discusión. El resultado final depende de muchos factores; lo importante es que el dosier llegue a estar entre los finalistas.

Consejos generales

  • Estudia con atención la convocatoria. Haz una lectura minuciosa de las bases. Ve destacando todos aquellos elementos que se piden y los requisitos formales (número de imágenes, tipo de curriculum vitae, peso de los archivos, etc.).
  • En la medida de lo posible, utiliza la misma terminología que aparece en la convocatoria para estructurar tu dosier. No te dejes ninguno de los apartados que piden, y si es necesario, añade información, pero con mesura.
  • Debe haber una negociación entre lo que te piden y tu forma de hacer las cosas. Es decir, el dosier debe transmitir rigor profesional pero también personalidad, carisma y generosidad. Tu dosier debe hablar por ti. En este sentido:
    • El dosier es literatura. Nada se descarta más rápido que un dosier con textos grises, convencionales y pesados.
    • El dosier es forma. No lo pienses solo como una herramienta de comunicación. Es también tu trabajo. Su aspecto general y las decisiones formales que tomes deben ir en consonancia con tu obra.
  • ¿Qué se entiende? Uno de los problemas más básicos de los dosieres de proyecto es que no se entienda nítidamente cuál es la propuesta. Aunque el proyecto mantenga elementos y factores indeterminados, debe ser posible entender por lo menos lo siguiente: ¿quién?, ¿qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿por qué?, ¿cómo?
  • Selecciona buenas imágenes y la cantidad justa. No sobrecargues el dosier de fotografías y enlaces.
  • Toda la información necesaria para comprender el proyecto debería estar en el dosier. En la medida de lo posible evita poner información esencial en enlaces externos.
  • No te extiendas más de la cuenta. Demasiada información (sobre todo si es redundante) o bloques de texto demasiado largos pueden desmoralizar y hacer que se lean el dosier «en diagonal» o que directamente no se lo lean.
  • No sobrediseñes ni uses plantillas estándar.
  • Si quieres, incluye reflexiones sobre tu trabajo, pero nunca interpretes tu propia obra.