Relación con el contexto

Temática

Descontextualización

La autonomía del arte, es decir, su existencia separada de una función, libre del servicio a un programa religioso o de gobierno y como expresión del sentir del artista, se encuentra ligada en un primer momento a una historia de descontextualización de las obras de arte de los que habían sido hasta entonces sus entornos físicos y funcionales específicos: los templos, las cortes, los centros de poder, etc. El arte, como lo entendemos hoy, depende de la concepción que se forjó durante la Ilustración y se consolidó ya con el Romanticismo, al mismo tiempo que se abrían por primera vez al público las grandes colecciones y se formaban las primeras instituciones museísticas. Esto sucedió, por un lado, por la descontextualización efectiva de muchas piezas al desvincularlas de los lugares para los cuales habían sido creadas, y por otro, porque los artistas empezaron a trabajar para que sus obras fueran contempladas en estos espacios dedicados específicamente a la exhibición de arte, y se dirigieron a un público mucho más heterogéneo que hasta entonces.

Puedes ampliar con: Paul Mattick, Jr. (2003), «Context». En: Nelson, R. S.; Shiff, R. (eds.) (2003). Critical terms for art history, 2a ed. Chicago: University of Chicago Press.

La Gran Galería a del Louvre de Thomas Allom. Circa (1844)
Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/83/Grande_Galerie_Louvre_by_Thomas_Allom_full.jpg

La sala temporal Elgin Room del British Museum de Archibal Archer (1819). Esta obra muestra los mármoles del Partenón, expoliados bajo las órdenes de Lord Elgin entre 1801 y 1811, tal como se dispusieron temporalmente en el British Museum, 1819.
Fuente: https://blog.britishmuseum.org/an-introduction-to-the-parthenon-and-its-sculptures/

Recontextualización

A finales de los años 60, aunque con anterioridad ya había indicios, surge una corriente muy relevante de artistas que pretenden responder a la descontextualización radical que empezó en el siglo xviii con la Ilustración y que culminó en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, en los EE. UU., a cargo del crítico de arte Clement Greenberg y de los pintores del expresionismo abstracto. Estos artistas empezaron a luchar contra la existencia separada de lo artístico, la rigidez extrema de las normas intrínsecas del medio pictórico desvinculado de todo referente, la mercantilización del arte y la impermeabilidad de la práctica artística cómodamente instalada en la autonomía y una idea falsaria de universalidad. El medio más eficaz que encontraron para conseguir sus objetivos, para entrar en el engranaje con la vida, fue trabajar activamente para encontrar maneras de restablecer el anclaje específico del arte con su contexto. El contexto podía ser el entorno físico, dentro y fuera del cubo blanco de la galería y el museo, cualquier espacio interior o exterior, paisaje o calle que la institución del Arte fuera capaz de delimitar y reclamar para sí, pero también el contexto político, histórico, cultural o de cualquier otra índole que apareciera en la complejidad de las condiciones específicas que actúan «aquí y ahora».

Puedes ampliar con: Kwon, M. (2002). One place after another: site-specific arte and locational identity. Cambridge, Mass: MIT Press.