Fridamanía

Autora: Renata Ribeiro dos Santos

Temática

Palabras clave

mito; genio; artista mujer; excepcionalidad.

Descripción

Biografías, libros, películas, ilustraciones, camisetas, zapatillas, tazas, calcetines, bolsos, muñecos, libros de recetas, etc. Se podría seguir listando una inmensa cantidad de productos –más o menos acertados– que se comercializan tomando como tema la figura de la artista mexicana Frida Kahlo (Coyoacán, 1907-1954). Echando un simple vistazo a las páginas de compra en internet, es posible comprobar que la gran mayoría de esos productos se basa en la reproducción de la imagen de la artista, obviando su producción artística. En un primer momento se podría pensar que este hecho se debe a que el tema central de su obra es autobiográfico, puesto que está compuesta principalmente por autorretratos y escenificaciones de su vida cotidiana.

La creación del mito de Frida Kahlo se respalda, en gran medida, en el análisis recurrente de su obra ciñéndose únicamente estos aspectos autobiográficos, excepcionales y dramáticos, como por ejemplo el accidente en la adolescencia, la turbulenta relación con Diego Rivera, sus relaciones bisexuales, etc. La utilización de esos tópicos para la construcción de la excepcionalidad o genialidad artística puede remitirse a la creación del imaginario romántico del genio torturado, reforzado en el siglo xix. No obstante, en el caso particular de Frida, la construcción de su imagen mítica se relaciona también, y especialmente, con los tópicos que cierta historiografía proyecta sobre la figura de la mujer artista. Resulta muy ilustrativa de esta perspectiva patriarcal una afirmación de Rivera: según él, Frida era «la pintora más pintor» que conocía (Herrera, 1984, pág. 280).

En este sentido, y de acuerdo con Patricia Mayayo, Kahlo simboliza el modelo de la representación estereotipada de la artista mujer:

Ella representa de alguna forma la perfección, […] enferma, hipersensible, algo desequilibrada emocionalmente, una mujer bella que rompe con las convenciones sexuales de su época o que mantiene relaciones con un gran genio de sexo masculino que vive una historia de amor trágica y pasional… En fin, alimenta muchos de los elementos que aparecen en la visión tópica que se transmite sobre las mujeres artistas (Mayayo, 2018).

Es interesante intentar mapear cómo empieza a emerger la idea de Kahlo como un mito. Claro está que la amplia difusión de Frida Kahlo supera los límites de lo artístico, como demuestra el listado de objetos comercializables citados al principio. No obstante, es en el ambiente del arte donde hay que encontrar las bases de la producción de su imagen icónica, que luego se traslada al imaginario popular.

Podríamos situar el inicio de la construcción de este personaje ya durante la vida misma de Kahlo. En este sentido se puede mencionar su acercamiento al grupo surrealista, en la década de 1930 y cómo sus integrantes, y el mismo André Breton, tratan de alardear de la excentricidad de la artista mexicana. Lo mismo ocurre con su relación con el ambiente revolucionario mexicano y los muralistas, en particular con Diego Rivera, con quien se establece un vínculo complejo entre artista hombre/artista mujer y musa, con el que se ha especulado hasta la saciedad. La amplia bibliografía sobre su relación con Rivera –la personificación del gran artista mexicano internacional, comprometido políticamente con la revolución–, más que destacar los intercambios y la retroalimentación estética entre los dos, suele centrarse en las infidelidades, desengaños y sufrimiento que Rivera infligió a Frida, alimentando así el mito sobre la artista.

Ahora bien, son las décadas de finales del siglo xx las que marcan la consolidación del mito Frida y el inicio de lo que podría denominarse la Fridamanía. Son diversos los factores que confluyen en ese momento y que fraguan la leyenda. Por un lado, está el alza de las cotizaciones de los artistas latinoamericanos del siglo xx en las principales casas de subasta, encabezados por la obra de Frida Kahlo. Este momento, conocido como el boom del arte latinoamericano, está relacionado con el aumento del coleccionismo de obras de artistas del siglo xx de América Latina –tanto de coleccionistas de Europa y Estados Unidos, como latinoamericanos– y con el incremento exponencial de exposiciones que dan a conocer esas piezas. El Museum of Modern Art de Nueva York (MOMA), por ejemplo, realiza en 1992 la emblemática muestra Artistas latinoamericanos del siglo xx –vista también en la Expo’92 de Sevilla–, donde dedica una sala completa a Frida Kahlo, dejando patente la importancia que otorgaba a la artista como representante del arte latinoamericano.

Frida Kahlo, Diego y yo, 1949. Óleo sobre lienzo sobre madera, 28 x 22 cm. Colección particular.
Fuente: https://www.pbs.org/weta/fridakahlo/worksofart/diegoandi_esp.html

Frida Kahlo, Autorretrato con loro y chango, 1942. Óleo sobre madera, 55 x 43 cm. Colección MALBA – Fundación Costantini, Buenos Aires.
Fuente: https://malba.org.ar/el-autorretrato-con-chango-y-loro-de-frida-kahlo/

Como consecuencia directa y evidente de estos movimientos hubo una subida astronómica de los valores de cotización de esta producción. Por ejemplo, Diego y yo (1949) fue rematado en Sotheby’s en 1990 por 1,4 millones de dólares y Autorretrato con loro y chango (1942) por más de 3 millones de dólares en 1995, convirtiendo a Frida Kahlo en el artista latinoamericano (hombre o mujer) mejor cotizado de todos los tiempos (El Universal, 2016).

Por otro lado, la fascinación por la obra y la vida de la artista –antes bastante limitada al ámbito mexicano– se extiende por distintas partes del mundo, y académicos, biógrafos y periodistas empiezan a investigar e indagar aspectos que pudiesen utilizar para entender su obra. El libro escrito por el estadounidense Hayden Herrera en 1983, Frida. A Biography of Frida Kahlo, será el texto fundamental para difundir, generalizar y estereotipar –aunque de manera inconsciente– la imagen de la mexicana. De acuerdo con Patricia Mayayo (2018), el libro de Herrera es la biografía de referencia, por su meticulosa labor investigativa y también porque fue el texto que sirvió como detonante para la mayoría de los estudios posteriores. Sin embargo, cuando el popular libro de Herrera se lee en el contexto de la vorágine comercial alrededor de la figura de Frida, vemos que contribuye a reforzar determinados tópicos. Eso se debe principalmente a que centra su análisis de la producción de Kahlo en aspectos biográficos, como si sus cuadros fueran una especie de diario visual de su vida.

El gran problema en este tipo de análisis ceñido casi exclusivamente a la dimensión autobiográfica es que genera visiones sesgadas y simplificadas de su obra, obviando aspectos definitorios para entender su trabajo, como por ejemplo el contexto histórico en que se ubica, en relación con su implicación política y su defensa de la «mexicanidad». En un intento de desmontar ese mito, afirma Patricia Mayayo (2008) que:

Kahlo no sólo no permaneció ajena a «las modas de su tiempo», sino que participó activamente en las discusiones políticas y estéticas que preocuparon a los intelectuales del México posrevolucionario. […] Uno de los aspectos más interesantes de su obra es, de hecho, el diálogo que mantiene con la tradición, el proceso de apropiación y reescritura que sufren en sus cuadros fuentes tan diversas como la imaginería médica, la artesanía popular, el arte colonial, la iconografía renacentista y barroca o el lenguaje del muralismo (Mayayo, 2008, págs. 52-53).

La biografía de Herrera fue la base para escribir el guion de Frida (2002), la película dirigida por Julie Taymor y protagonizada por Salma Hayek, que terminó de transformar a Frida Kahlo en una marca, prácticamente en una estrella pop, trascendiendo completamente todos los límites del mundo del arte. La película consagró a la artista al ilustrar la imagen diseñada por Herrera de una vida cargada de acontecimientos trágicos, construyendo una representación de una obra que nace exclusivamente del interior de una especie de mártir o heroína, y donde vida y obra son inseparables. Sumamente ilustrativas de esta idea son las escenas del filme donde las obras de Frida se transforman en su «vida real» o viceversa.

En paralelo a la creación de esta imagen, cabe resaltar que hay otra vertiente de la leyenda: la Frida feminista que se generará en el seno de los movimientos reivindicativos de ciertas minorías. Estos movimientos irán convirtiendo a la mexicana en un icono, un arquetipo –actualmente hiperreproducido– relacionado con el feminismo. Se podría ubicar el inicio de este proceso en 1976, cuando se celebró en Los Ángeles la exposición Women artists, 1550-1950, una muestra que empieza a reivindicar el arte realizado por mujeres artistas y muy relacionada con la ola feminista de aquellos años. En esta exposición se incluyeron algunas obras de Kahlo que sirvieron para el (re)conocimiento de la artista en Estados Unidos, y que sentarían algunas pautas para el análisis de su obra en la senda de la reivindicación feminista. A pesar de que en vida Frida no presentó explícitamente opiniones y posturas que actualmente entendemos como feministas, es posible pensar que el rescate de su figura se debe al interés por representar a una artista activa y que habla en primera persona. Frida fue una mujer que se pintó a sí misma, cuando lo que normalmente ocurría era que las mujeres eran pintadas por hombres. Fue además una mujer que eligió como temas para su pintura una serie de acontecimientos relacionados con el cotidiano femenino que seguían siendo tabúes o eran ignorados:

cosas prosaicas como abortos, amamantamientos, suicidios, accidentes y también […] se permitió pintar a dos mujeres desnudas juntas […] (Bartra, 1987, pág. 58).

Pocas artistas mujeres han logrado alcanzar este espacio y protagonismo dentro del sistema y el panorama del arte, lo cual supone una importante conquista, pero también evidencia una problemática. La cuestión reside en que, por momentos, se deslegitima la discusión sobre la presencia y representatividad de las mujeres en general en los espacios del arte debido a la amplia exposición dada a estas artistas «excepcionales» y que oscurece la desigualdad estructural existente.

A causa de todos estos factores, Frida se convirtió en una marca y en un símbolo muy lucrativo en la industria cultural global, no solo en el mundo del arte, sino también en el imaginario popular. Lejos de agotarse, se sigue potenciando y buscando la apertura de nuevos filones. Una anécdota muy ilustrativa de ese panorama se produjo cuando en 2017 el Dallas Museum of Art convocó una multitudinaria concentración de personas caracterizadas como Frida para lograr el récord mundial en esa categoría:

¡Ya llegó la Fridamanía! Celebra el 110.º cumpleaños de Frida Kahlo y ayuda al DMA y al Latino Center for Leadership Development (LatinoCLD) a obtener el récord Guinness por la mayor concentración de personas vestidas de Frida Kahlo en un solo lugar (Dallas Museum of Art, 2017).

La convocatoria reunió a más de 1.000 personificaciones de Frida Kahlo.

Imagen del Frida Fest en el Dallas Museum of Art, 6 de julio de 2017. Récord Guinness de reunión de personas ataviadas como la artista mexicana.
Fuente: https://www.dmagazine.com/arts-entertainment/2017/07/frida-world-record-attempt-dallas-museum-art/

Bibliografía

Barragán, Almudena (2017, 17 julio). «La muerte de Frida Kahlo, el nacimiento de un icono pop». El País. [Fecha de consulta: 12 de julio de 2019]. <https://elpais.com/cultura/2017/07/13/actualidad/1499954384_298167.html>

Bartra, Eli (1987). Mujer, ideología y arte. Ideología y política en Frida Kahlo y Diego Rivera. Barcelona: La Sal, edicions de les dones.

Dallas Museum of Art (2017). «Frida Fest en español». Dallas Museum of Art. [Fecha de consulta: 12 de julio de 2019]. <https://www.dma.org/frida-fest-en-espa-ol>

El Universal (2016, 22 noviembre). «Pinturas de Frida Kahlo que han sido estrellas en subasta». El Universal. [Fecha de consulta: 29 de julio de 2019]. <https://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/artes-visuales/2016/11/22/las-subastas-de-las-pinturas-de-frida-kahlo#imagen-1″>

Frida [película cinematográfica] (2002). Julie Taymor (dir.). Estados Unidos / México: Miramax Films (120 min).

Mayayo, Patricia (2008). Frida Kahlo. Contra el mito. Madrid. Editorial Cátedra.

Mayayo, Patricia (2018, 20 marzo). Desmontando el mito de Frida Kahlo. [vídeo en línea] [Fecha de consulta: 12 de julio de 2019]. <https://webtv.fcs.ucr.ac.cr/watch/672/>