5. Queerpos que reportan y amores radicales

De todas formas, y, en cualquier caso, incluso si fuéramos capaces de abandonar los esquemas del cuerpo dimórficamente sexuado y destruir el género, nada nos asegura a priori el abandono del binarismo como marco central de referencia en el mundo occidental. En este sentido, deberíamos entender lo queer como una continua invitación a cuestionar y romper los límites de lo pensable en múltiples espacios y dominios, y en esto las prácticas artísticas y las metodologías culturales queer pueden ser de gran utilidad. Aunque, también, y paradójicamente, lo queer seguirá siendo productivo en la medida que opere como un dispositivo abierto que nos permita siempre desconfiar e interrogar lo establecido. Tal vez debamos reivindicar las rarezas, lo raro y extrañarnos siempre, como una forma de complejizar el mundo y producir compresión sobre experiencias corporales y relaciones amorosas en abierta proliferación y renovación. Y no solo como una práctica cognoscitiva, sino como un saber que se enraíza en una posición ética y política radical para vidas y cuerpos posibles, dignos de vivir una vida, o varias, sin violencia.