Descripción
La autenticidad es la cualidad de lo auténtico, que a su vez posee, en su uso común, dos acepciones distintas y relacionadas. Como adjetivo describe, por un lado, lo auténtico y verdadero y, por otro, alude a la coherencia con uno mismo (DRAE, 2018).
En el arte este doble sentido se mantiene, aunque matizado. Dutton (2003) expresa dos concepciones de lo auténtico: la autenticidad nominal y la autenticidad expresiva. La autenticidad nominal consiste en la atribución verdadera de una obra a un autor o autora determinado y, además, a las características que la asocian a una tradición artística determinada. Por ejemplo, podemos decir que Los Girasoles es una obra auténtica de Van Gogh, dado que se conoce que fue realizada por él, y además es una obra auténtica del postimpresionismo, dado que reúne las características de esta tradición. Para ser catalogada como auténtica, una obra debe contener las pruebas suficientes que la asocien a su autoría y al movimiento o desarrollo artístico en el que se inserta.
Por su parte, la autenticidad expresiva se refiere a la medida en que la obra logra responder a los ideales de originalidad y sinceridad, y consigue transmitir ideas, emociones o sentimientos verdaderos, auténticos. Los Girasoles aquí sería auténtica en el sentido de que constituye una obra original, única, que consigue hacer sentir a quien la observa una serie de emociones que se ven potentes y sinceras, auténticas. Podemos sentir, por ejemplo, que consigue transmitir el espíritu del mundo rural y recordarnos, de una manera potente, momentos vividos en dicho entorno rural.
Walter Benjamin, en su ensayo de 1935 La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica, analiza y profundiza este concepto desde una visión cercana a la de autenticidad expresiva. Para él, el concepto clave es el de aura. El aura de una obra sería su capacidad de provocar la experiencia de esos sentimientos profundos y sinceros a los que Dutton alude en su categoría de autenticidad expresiva. Uno de los requisitos para que una obra posea aura, y por tanto pueda ser considerada arte, es que sea auténtica (Benjamin, 1989).
La noción de autenticidad de Walter Benjamin se refiere a multitud de cosas a la vez y no ofrece una definición unívoca. Repasamos aquí los que creemos que son dos de sus muchos sentidos:
- Una de las primeras aproximaciones que ofrece es la identificación de la autenticidad de una obra con el aquí y ahora. Esto quiere decir que una obra solo es auténtica en tanto que es única y solo se encuentra en un lugar y momento concretos. Cada una de las pinturas de la serie de Los Girasoles de Van Gogh es única en la medida en que solo se pueden observar en el momento actual, en un lugar, por ejemplo, Jarrón con catorce girasoles solo se encuentra en el Museo Van Gogh de Ámsterdam, y solo allí podemos experimentar su aura.
- Por autenticidad, Benjamin declara lo siguiente: «La autenticidad propia de una cosa es la suma de cuanto, desde lo que es su origen, nos resulta en ella transmisible, de su duración de material a lo que históricamente testimonia» (Círculo de Bellas Artes, s/a).
Con lo anterior, se nos está diciendo que lo que otorga a una obra su autenticidad expresiva y nos permite sentir emociones sinceras y profundas es todo aquello que, desde su creación o producción y mientras dura materialmente, la obra de arte muestra. Así, los sentimientos específicos que desprende su aura tienen que ver con múltiples factores, de entre los que podemos enumerar los siguientes: la intención del autor, los acontecimientos históricos que se han desarrollado antes de que la obra existiera o mientras existe, y nuestra identidad, en tanto que de alguna manera estos acontecimientos históricos e identidades de quien observa sean identificables en ella. Siguiendo nuestro ejemplo, Los Girasoles de Van Gogh tienen una autenticidad que se relaciona con todo aquello que Van Gogh quería mostrar, todos los acontecimientos históricos ajenos que puedan relacionarse con ella y todas las identidades de las personas que la observan aquí y ahora.
Un último ejemplo sobre lo auténtico, que permite observar la relación que existe entre las dos concepciones de lo auténtico, es el que muestran Wolz y Carbon (2014) a partir de la dimensión de lo falso. En un experimento llevado a cabo en Alemania, se reunió a treinta y cuatro personas con el objetivo de que evaluaran la calidad percibida, el valor emocional, el placer de observar, la familiaridad, el deseo de posesión y la extraordinariedad de dos obras —una muy conocida y otra desconocida— de cada uno de estos cuatro artistas: Van Gogh, Dalí, Da Vinci y Munch. A los participantes se les presentaba una imagen de alguna de estas obras, acompañada de un rótulo en el que se decía si esa imagen representaba una obra original o una copia, antes de rellenar un cuestionario donde valoraban las dimensiones mencionadas. El estudio consigue demostrar estadísticamente que, ante dos obras exactamente iguales, todas las dimensiones excepto la de familiaridad con la obra, variaban en función de si estas se presentaban como auténticas nominalmente o falsas. Las imágenes presentadas como copias están asociadas a menores niveles de calidad percibida, valor emocional, placer de observación, deseo de posesión y extraordinariedad que las mismas imágenes presentadas como originales. Podemos extraer como conclusión de este estudio que lo auténtico muchas veces no se construye a partir de la observación, sino desde la legitimidad que produce quién y cómo lo etiqueta.
Bibliografía
Benjamin W. (1989). «La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica». Discursos Interrumpidos I (pág. 15-57). Buenos Aires: Taurus (1ª ed. 1935).
Círculo de Bellas Artes (s/a). Atlas Walter Benjamin [en línea]. [Fecha de consulta: 26 de julio de 2019].
<https://www.circulobellasartes.com/benjamin/termino.php?id=22>
Diccionario de la Real Academia Española (2018). Entrada «auténtico, ca» [en línea]. [Fecha de consulta: 26 de julio de 2019]
<https://dle.rae.es/?id=4QjqWMu>
Dutton, D. (2003). «Authenticity in Art». En: Jerrold Levinson (ed.) The Oxford Handbook of Aesthetics (pág. 258-274). Nueva York: Oxford University Press.
Wolz S. H.; Carbon C. C. (2014, octubre). «What’s Wrong with an Art Fake? Cognitive and Emotional Variables Influenced by Authenticity Status of Artworks». Revista Leonardo (vol. 47, n.º 5, págs. 467-473).