4.2. El ángulo en el mundo como pura interacción de fuerzas
Si hablamos de cargas eléctricas, podemos pensar en un pararrayos cuya punta afilada atrae las cargas eléctricas de la atmósfera. Las cargas no se distribuyen por igual en un conductor, sino que se concentran en las puntas y en los filos. Si hablamos de líquidos, podemos pensar en el efecto embudo. El cono presiona el líquido y lo concentra. En el laboratorio químico podemos encontrar gran diversidad de embudos; la forma nos habla de la precisión.
Si hablamos de fuerza, podemos pensar en una aguja o en cualquier objeto punzante: la presión es igual a la fuerza que se ejerce por la unidad de superficie. A menor superficie, mayor presión. Un canto romo ejerce menor presión que un cuchillo afilado, cuyo filo tiene menor superficie. Un bolígrafo ejerce menor presión que una aguja, con la cual podemos atravesar la piel sin el menor esfuerzo. El ángulo concentra y penetra. Las fuerzas físicas convergen en él.