6.4. La parábola y la catenaria en el mundo como pura interacción de fuerzas
La parábola se forma en la interacción de fuerzas, como bien predicen las leyes de Newton. Se determina la trayectoria con solo dos datos: la velocidad y la posición. Cualquier objeto abandonado a un campo de gravitación constante describirá una parábola. En el mundo inerte se da más bien en pocas ocasiones.
Podemos pensar en una piedra desprendida rodando por la ladera de una montaña hasta ir a parar a un acantilado. Esa piedra describirá una trayectoria parabólica. También la encontramos en la superficie de un líquido en rotación, por ejemplo, en un remolino. Los niveles en los bordes se elevan mientras que en el centro caen ligeramente. Esa superficie se convierte en parabólica.
Una cascada o una fuente de agua inclinada lanzarán el chorro de agua en un arco parabólico. Un géiser, un pedazo de lava escupido por un volcán…
De la misma manera, es muy raro encontrar catenarias en el mundo inerte. Pues es muy raro encontrar un objeto fino y alargado que además penda de dos puntos. Como veremos, se trata de una forma principalmente ligada al mundo culto, a la selección cultural.