4. La incorporación del vídeo en el arte de acción

4.3. La vídeoperformance como pieza de creación

En esta categoría se englobarían aquellas performances desarrolladas específicamente para ser registradas en vídeo y luego visualizadas en pantalla. En este tipo de creaciones la acción ha sido pensada para sacarle partido a las cualidades expresivas del medio audiovisual y, por tanto, parte del significado de la acción se ve reforzado por estas. No fue hasta 1981 que el término videoperformance se fue asentando en el contexto artístico, cuando la crítica francesa Anne-Marie Duguet lo usó por primera vez, aunque todavía limitado a su rol de testimonio de la acción en vivo:

«… [la vídeoperformance es] una acción en la cual existe una relación esencial entre la presencia física de un “actuante” (pintor, bailarín, actor, etc.) y un dispositivo videográfico. […] de hecho, se trata simplemente de documentación sobre una acción en la cual el vídeo no interviene directamente como útil de expresión plástica, sino como mirada exterior, como constancia, al igual que las fotografías […]».

Duguet (en Cumplido, 2015, pág. 96)

Las videoperformances eran acciones que implicaban desde su conceptualización una relación directa con la imagen electrónica, pero obviaban su uso como documentación de una acción efímera que solo existe en el momento de su representación (Cumplido 20215, pág. 98). Aunque es obvio que la pieza resultante nos sirve como documentación para visualizar una y otra vez una acción de un performer realizada delante de cámara, esta no era la finalidad de la videoperformance, sino que se concebía en sí misma como pieza artística para confrontar una serie de temas, como la presencia-ausencia, los límites de la relación artista-espectador y una expansión de las tres coordenadas clave en la performance, es decir, cuerpo, espacio y tiempo. Pero especialmente encontraron una nueva posibilidad de explorar cuestiones en torno a la identidad y la corporalidad que ya estaban siendo exploradas enormemente en el body art, pero que ahora permitían esta reflexión mediante la imagen audiovisual.

La intimidad que le permitía al o la performer actuar solamente en presencia de una cámara abrió espacios de experimentación en torno al cuerpo en presencia de la cámara de lo más interesantes. En este caso, el espacio y localización de la acción están igual de pensados y cuidados, así como el encuadre y la gestualidad delante de cámara, y la acción se ha conceptualizado de tal modo que si no se adecua al registro que se esperaba se puede repetir las veces que sea necesario hasta obtener la versión deseada que finalmente es editada. Esta es una de las diferencias con la performance delante de un público, que no puede interrumpirse si alguna cosa no surge como se esperaba.

Como ejemplo de videoperformance podríamos citar «La voz humana» (1997), de María Ruido, una obra realizada en los comienzos de la trayectoria de la artista. La acción tiene una duración de 7 minutos en la que vemos a la artista taparse la boca con una cinta adhesiva transparente, reflexionando sobre la violencia del lenguaje y la utilización pública de la palabra. Ruido critica cómo determinados discursos construidos bajo imposiciones hegemónicas se perpetúan silenciando la voz de las mujeres a lo largo de la historia y el pensamiento.

Figura 21. Frame de la acción «La voz Humana» (1997)
Fuente: imagen extraída de https://www.macba.cat/ca/art-artistes/artistes/ruido-maria/voz-humana (revisado el 17-08-2021).

La acción se puede visionar en este enlace (revisado el 17-08-2021).

Este nuevo formato de performance permitió a muchos artistas revisitar un formato clásico en el mundo del arte, nos referimos al género del autorretrato. Gracias al vídeo, el reflejo especular que se había explorado de forma estática en la pintura y la fotografía devenía ahora en movimiento e incorporaba la dimensión temporal, lo que permitía visibilizar los cambios físicos y emocionales. Así pues, en muchas de las videoperformances habrá un componente autobiográfico y una narrativa personal que será explorada desde la experiencia del cuerpo del o la artista, pues la cámara de vídeo permite el retorno del reflejo de sí mismo. Entre los numerosos ejemplos de artistas que han explorado este formato destacamos el performer Vito Acconci. En las obras comprendidas entre 1971 y 1974, Acconci exploró su imagen delante de cámara mediante un plano fijo y muy cercano al objetivo, donde se limitaba a realizar una serie de gestos delante de cámara con un plano cerrado en el que veíamos al artista de espaldas, tumbado en el suelo, de pie, etc.

La teórica Rosalind Krauss (1976) se refirió a este tipo de autorretratos de Acconci como «narcisistas». En 1973 Acconci realiza la videoperformance «Theme song» (‘tema musical’), de una duración de 33:15 minutos, donde vemos al artista tumbado en el suelo y su rostro se sitúa en la parte derecha de la pantalla, muy cerca de la lente de la videocámara. Acconci enciende un cigarro mirando a cámara y le da al play a una cinta de casete que contiene diversos temas musicales de pop y rock (Van Morrison, Bob Dylan, The Doors) que suenan de fondo mientras él los va tarareando y cantando:

«I have no idea what your face looks like. I mean you could be anybody out there. Ah, but I know there’s gotta be somebody…watching me. Somebody who wants to come in close to me”, “I can’t see your face in my mind”, “I’ll be your baby tonight”, ‘We’ll have a dream love, an ideal love—but I won’t control things; you’ll have your say».

Con esta proximidad del plano close-up, Acconci pretende convertir el espectador anónimo en un compañero cercano que se une a la velada y, para ello, crea una atmósfera de intimidad con el espectador que está cargada de erotismo por la proximidad cara a cara. Acconci le habla directamente al espectador, pero también parece un acto de seducción y manipulación con los temas que suenan sobre el amor, la soledad, el deseo. Es de noche y fuma cigarros para envolver el monólogo de un halo seductor que nos atrapa para hacernos conscientes del modo en que consumimos cultura mainstream e imágenes televisadas. En «Theme song» hay una reflexión sobre el uso de la televisión como distracción y como un modo de gestionar la soledad que en nuestros días es todavía mucho más acentuado con las redes sociales.

Figura 22. Frame de «Theme song», de Vito Acconci
Fuente: imagen procedente de https://www.macba.cat/en/art-artists/artists/acconci-vito/theme-song (18-08-2021).

En el siguiente enlace se puede visionar un fragmento de la acción (20-08-2021).