4. La incorporación del vídeo en el arte de acción

4.8. Performances multimedia

En esta categoría encontramos aquellas performances que se sirven de múltiples elementos multimedia en los que el cuerpo y la acción siguen siendo el elemento clave alrededor del cual gira la propuesta, pero que destacan por el uso de dispositivos electrónicos y multimedia, que amplifican las posibilidades de reflexión y juego entre presencia y ausencia, efectos visuales, uso de cromas, 3D, etc. Es el caso de artistas como la performer Alex Murray-Leslie, componente del grupo de música punk feminista Chicks on the Speed, creado en Múnich en 1997, y también artista, performer y docente universitaria. Entre sus proyectos iniciales más conocidos se encuentra su investigación artística y performática alrededor del pie y el zapato como instrumento musical que incorpora en sus conciertos, y performances sonoras, que retan las leyes de la gravedad y los usos normativos de las partes del cuerpo como el pie. Su trabajo gira alrededor de los wearables (‘complementos’) computacionales, el diseño de instrumentos musicales digitales, la performance feminista, la música pop y la moda.

En 2013 inician otro proyecto de investigación artística complejo y de largo recorrido bajo el título «Sleep Symphony», en colaboración con Melissa E. Logan. Se trata de un proyecto sobre el sueño y el insomnio que ambas artistas llevaron a cabo en colaboración con el Departamento del Sueño, de la Universidad de Western, Australia. Durante unos días las artistas durmieron en la unidad del sueño y recolectaron datos personales de sus biorritmos, que luego usaron para componer una instalación inmersiva que mezclaba espacios sonoros y componía una sinfonía mediante algoritmos de sonido y efectos visuales. En una cama gigante vemos proyectada la imagen de las artistas durmiendo y una serie de elementos visuales que van cambiando de color y forma.

En 2018 lo presentan en el espacio Gertrude Contemporary, de Australia, en colaboración con el Festival Internacional de Arte de Melbourne y el Museo de Arte Murray Albury.

En este proyecto, la observación clínica sustituye el imaginario erótico de ver a alguien dormir, como lo hizo Warhol en 1964 en su película Sleep, donde durante cinco horas y veinte minutos reales vemos dormir a John Giorno, el amante de Warhol. En este caso, sin embargo, la temporalidad se extiende a 45 minutos de registro real de las artistas durmiendo gracias a las tecnologías del vídeo digital y los datos científicos recolectados en la clínica del sueño durante la residencia SymbioticA del departamento de la Universidad Western, Australia. Murray y Logan colaboraron de forma estrecha con la artista residente Shannon Williamson, que contaba con una dilatada experiencia en el laboratorio de dicha universidad y también estaba explorando sobre el estudio de los ciclos del sueño y el inconsciente.

Murray-Leslie ha colaborado estrechamente con diversos proyectos de la performer francesa Orlan, y esta influencia se aprecia en esta performance del sueño, especialmente en relación con la idea de teatralizar los espacios médicos, como hizo Orlan en sus operaciones de cirugía estética, que hizo que los cirujanos se vistieran del diseñador Paco Rabanne. En «Sleep Symphony», Murray-Leslie y Logan durmieron en el laboratorio vestidas con ropa estridente y festiva mientras «performaban» dormidas.

Otro ejemplo es el del artista francés Pierrick Sorin, que desde 2006 mezcla en sus videoinstalaciones hologramas que llama «teatros ópticos», una mezcla del tradicional diorama con nuevos medios. En la mayoría de sus trabajos aparece él en miniatura realizando acciones absurdas, como caminar encima de un vinilo performando temas recurrentes, como la relación entre el mundo íntimo y la vida diaria en el espacio doméstico, como lugares para la acción y la creación (la cocina, el dormitorio, el jardín, etc.) y, por otra parte, los espacios de la visión, como el museo, las galerías, etc. En sus acciones hace uso del humor y lo burlesco para aportar una crítica al sistema del arte, se ríe de la figura del artista y de sí mismo, así como de la cultura de consumo de masas.