3.1. ¡La enhorabuena! Ya tienes el título, ¿y ahora qué?
3.1.1. Introducción
En este apartado queremos tratar de manera bastante directa las condiciones de profesionalización, el sector de las artes visuales según las condiciones materiales de las que se dispone, y la línea profesional elegida. También abordaremos el funcionamiento de los circuitos autogestionados, el cuidado y la defensa de los derechos laborales de los profesionales, y las posibilidades de acceso a financiación.
Como ya hemos comentado, en la práctica artística la profesionalización depende de muchos factores. Empezaremos a reflexionar sobre este proceso planteando un par de preguntas clave:
- ¿Dispones de apoyo económico familiar (herencia, patrimonio, rentas) o relaciones (contactos en el mundo artístico), que te permitan disfrutar de tiempo para relacionarte, trabajar siempre que quieras en tus proyectos y establecerte dentro de los estrechos circuitos galerísticos y museísticos?
- ¿En cuál de estas salidas profesionales quieres especializarte:
a. creación artística (artista en todas las técnicas y medios creativos);
b. creación en el ámbito audiovisual y de las nuevas tecnologías;
c. experto cultural, asesor artístico y dirección artística;
d. profesor (docencia y educación artística no universitaria);
e. otras profesiones artísticas especializadas?
Si la respuesta a la primera pregunta es Sí, es decir, si tienes las necesidades básicas (vivienda, estudio, alimentación, suministros…) cubiertas por un patrimonio previo y dispones de contactos en el mundo del arte, te damos la enhorabuena. Seguramente solo dependerá de tu decisión y perseverancia a qué salida profesional quieres enfocar tu práctica en el mundo del arte.
Si la respuesta a la primera pregunta es No, es decir, no tienes patrimonio ni puedes vivir de rentas, y tampoco tienes relaciones o contactos en el mundo del arte, esto te dificulta dedicarte únicamente a la salida (a). Para vivir exclusivamente de tu creación artística, es importante tener un colchón económico para subsistir mientras haces el trabajo de estudio que implica procesos de investigación, de creación y producción de la obra, antes de que se materialicen las posibles ventas o encargos. Y, por otro lado, los contactos son muy importantes en un sector en el que las relaciones interpersonales otorgan reconocimientos y abren puertas que de otra manera estarían cerradas.
Además, también hay la posibilidad de recuperar la dimensión del oficio y encaminarte hacia un proyecto de artes aplicadas (cerámica, grabado, etc.), ganar premios o becas, instalarte en el circuito infinito de residencias, o montar un proyecto autogestionado, a pesar de que esta última opción te quitará espacio y tiempo para dedicarte a tu creación y también tendrá un coste económico.
Si eliges la opción (b) se abren muchas posibilidades, puesto que el sector audiovisual y de las nuevas tecnologías es una de las industrias más potentes y con más proyección. Dentro de las opciones (a)+(b), se puede derivar hacia un perfil de creador con una especificidad técnica, como es el mundo de la ilustración, la animación, el sector de los videojuegos o los NFT (non-fungible token) que están provocando ganancias millonarias (Pérez Colomé, 2022).
La salida (c) depende en sí misma de la pericia que consigas en el ejercicio de tu práctica artística. Por lo tanto, te conviene acumular experiencia, conocer el entorno de tu sector, cultivar el interés por las políticas culturales, y seguir de cerca o practicar el oficio de la curaduría. Si quieres dedicarte a la dirección artística, te convendrá estudiar cómo se despliega la gestión cultural, el control de presupuestos y los procesos administrativos, además de tener conocimientos de lenguas extranjeras.
Según el estudio ya mencionado La actividad económica de los/las artistas en España:
«El 63,8 % de los y las artistas declara que sus ingresos por actividades artísticas suponen entre el 0 % y el 20 % de sus ingresos totales, es decir, no pueden mantenerse económicamente solo de su actividad como artista. Si sumamos a este grupo el otro 10 % de artistas que manifiestan que estos ingresos suponen entre un 20 % y un 40 %, nos encontramos con un 73,8 % de artistas que no pueden subsistir económicamente solo con esta actividad. Esto deja un 26,2 % para quienes los ingresos por actividades artísticas representan más del 40 % de sus ingresos totales, lo que supone que estas actividades son fundamentales para su mantenimiento económico. Sin embargo, la mayor parte de este último grupo, un 14,8 % de los artistas encuestados, declara mantenerse exclusivamente o casi exclusivamente de su actividad como creadoras».
De los datos que recoge la Cartografia d’artistes visuals. Catalunya 2017, impulsada por la Generalitat de Cataluña a petición de la Plataforma Assembleària d’Artistes de Catalunya (de Diego y Boldú, 2017), se desprende que solo un 34 % de los artistas visuales se pueden dedicar con exclusividad a la producción artística, mientras que un 66 % la compaginan con otra actividad profesional. El 39 % se dedican a la opción (d), es decir, a la docencia regular, y un 22 %, a la docencia ocasional. Hay otros artistas que compaginan su producción artística con trabajos de diseño gráfico, montaje de exposiciones, mediación, gestión cultural, comunicación cultural, traducción y tareas editoriales, que podríamos incluir en el apartado (e).
Sin duda, hay más opciones de las que recogemos aquí. Hay personas que ante la dificultad prefieren combinar la práctica artística con trabajos que no tienen nada que ver, mientras que otros valoran que las tareas complementarias tengan relación. Así, es muy común encontrar binomios como artista-educador, artista-mediador, artista-gestor, artista-curador… La cuestión es que no hay una única fórmula adecuada. Si tienes que trabajar para vivir, cómo compagines tu práctica artística es una decisión personal e intransferible.