1. Introducción

1.2. Definición de tercer sector en la cultura y las artes

1.2.1. Introducción

Según el Llibre blanc del tercer sector cívic-social:

«el tercer sector está formado por las organizaciones con personalidad jurídica e inscritas en un registro público, que no tienen ánimo de lucro (y, por lo tanto, reinvierten sus beneficios en la misma actividad) y que son de titularidad privada».

Centre d’Estudis de Temes Contemporanis (2003: 42)

En consecuencia, el tercer sector se entiende como todo aquello que no es sector público (primer sector) ni sector lucrativo (segundo sector).

Pero definir de manera específica el tercer sector en la cultura y las artes es una tarea compleja, en parte porque la creación y la producción cultural incluyen varios enfoques y disciplinas, en las que hay una clara diferenciación de los procesos por los cuales se llega a los bienes y recursos que se generan. Pero también por cómo compartimos esta riqueza, que abraza lógicas del mercado del arte y dinámicas ceñidas al espacio público, tanto desde la perspectiva de las prácticas en relación con la institución publicoprivada como de las prácticas colaborativas y comunitarias.

El Handbook on non-profit institutions in the system of national accounts elaborado por las Naciones Unidas (2003) identifica qué características tienen en común las diferentes entidades del tercer sector:

  • Organizaciones: poseen una presencia y una estructura institucionales.
  • Privadas: están separadas institucionalmente del Estado.
  • No reparten beneficios: no generan beneficios para sus gestores o conjunto de «titulares».
  • Autónomas: controlan esencialmente sus propias actividades.
  • Con participación de voluntarios: la pertenencia no está legalmente impuesta y atraen un cierto nivel de aportaciones voluntarias de tiempo o dinero.
  • Legalmente comprometidas con una misión que prioriza la producción de bienes públicos u otros bienes sociales o ambientales de valor para las comunidades en general.
  • Finalidad pública o vocación de servicio público.

En el sector cultural y de las artes nos encontramos con organizaciones que no han sido registradas legalmente, pero se considera que es una organización si posee un grado suficiente de permanencia, una estructura organizativa interna y límites organizativos significativos. Referente a cuándo se considera privada, es decir, no controlada por la Administración pública, es cuando tiene la capacidad para disolverse por su propia autoridad, aunque haya sido originalmente creada por la Administración pública u obtenga ingresos de ella, incluso estos sean sustanciales.

Por lo tanto, entenderemos como tercer sector en la cultura y las artes el conjunto de organizaciones privadas, con o sin personalidad jurídica, que no tengan ánimo de lucro (este hecho no excluye que tengan actividad económica, pero si esta actividad da beneficios tienen que reinvertirse en los fines de la entidad), con la finalidad manifiesta de actuar e incidir en el campo cultural, artístico, educativo y social.