Introducción

La realidad no es un compendio de arbitrariedades en el que todo es igualmente posible o probable. Nos encontramos con regularidades, similitudes y conexiones por todas partes. Buscamos la regularidad, la predictibilidad, los patrones… Observamos los ciclos de la noche y el día, las estaciones, las mareas, los movimientos estelares o el comportamiento de nuestro gato. Investigar y ahondar en esas conexiones y regularidades han sido históricamente los principios guía de la tarea científica y filosófica. Pero también, desde el campo del arte, conectar lo aparentemente diverso, resaltar lo que a priori era indistinguible, ha sido desde siempre estímulo de la curiosidad, para no dejar de fascinarse por la complejidad del mundo, entenderlo y comprenderlo desde esa complejidad.

A lo largo de estos apartados vamos a realizar un recorrido por las formas básicas que podemos encontrar en la naturaleza. Son básicas porque las encontramos con mucha frecuencia en entornos muy diversos. La pretensión no es ni más ni menos que estimular la curiosidad para empezar a ver regularidades, relaciones y conexiones entre ellas. Siguiendo a Wagensberg y su libro La rebelión de las formas como estructura y clasificación de partida, estos apartados son un intento de concentrar y resumir el camino que él sintetizó tan bien, para recrearnos con una recopilación de imágenes que impulsen a establecer otros tejidos de relaciones y otras conexiones.

¿Qué encontrarás en estos apartados?

Una serie de capítulos, relacionados pero independientes, dedicados a la indagación y a las conexiones que podemos establecer a partir de una forma. Son las siguientes:

1) Simetría circular y esférica

2) Hexágono y teselaciones del plano

3) Espirales y hélices

4) El ángulo y la concentración de fuerzas

5) La onda y la transmisión de energía

6) Parábola y catenarias

7) Fractales y autosimilitud

Se trata de realizar un esbozo teórico y ensayístico, dando especial importancia al tejido de relaciones visuales. Una síntesis sobre la forma que sea sugerente teórica y visualmente.

Los ejemplos visuales se dividen en tres grandes apartados que he denominado de la siguiente manera:

  • El mundo físico: formas relacionadas con el mundo como pura interacción de fuerzas (lo que se suele llamar la «materia inerte»), sujetas a las leyes de la física y de la física cuántica, desde lo inmenso a lo minúsculo.
  • El mundo biológico: la materia viva o en interacción biológica (lo que se suele llamar «selección natural»).
  • El mundo «culto»: el mundo humano, sujeto a lo que podemos llamar, siguiendo a Wagensberg, la «selección cultural».

Intentaremos esbozar, a partir de un tejido de relaciones eminentemente visual, cómo la emergencia histórica de un determinado tipo de formas guarda importantes relaciones con la materia inerte y con la materia viva. En este sentido, quizá nos veamos sorprendidos por el pensamiento de que acaso la materia inerte no esté tan muerta, ni nuestro mundo «culto» sea tan independiente del biológico o de la materia como interacción de fuerzas. De ser así, quizá entonces empecemos a realizar nuestras propias relaciones.