1.4. Usos de una publicación
1.4.1. La publicación como documentación de un proceso
Son numerosos los usos que una publicación puede tener. Dentro del contexto de la creación artística contemporánea, sea visual, sonora, etc., destacaríamos dos enfoques interesantes con los que podemos producir una publicación. A continuación, los describimos.
En el contexto de la creación contemporánea es frecuente la realización de proyectos de carácter efímero o procesuales, que difícilmente pueden ser inmortalizados en un objeto único o pieza-de-arte que posteriormente podamos mostrar. En la actualidad, los proyectos artísticos tienen la capacidad de convertirse en engranajes complejos que se vinculan con distintos agentes, temporalidades y materializaciones. No se trata de algo nuevo. Como veíamos cuando hablábamos del movimiento Fluxus, ya en el siglo pasado surgió la necesidad de capturar de alguna manera la esencia de algunas obras en movimiento a través de la documentación: publicaciones impresas, fotografías, soportes de reproducción sonora, vídeo, y ahora también documentos digitales, hipervínculos, plataformas…
Una muy buena forma de completar un proceso de creación artística es la realización de una publicación que la acompañe. Todo aquello que consideremos necesario mencionar acerca de la obra, y que no sea «legible» viendo la obra de manera independiente, podemos trasladarlo a la publicación. Podemos ir desde lo literal a lo sugerente y, sobre todo, es aconsejable aprovechar las posibilidades expresivas que brinda el formato publicación para no limitarnos a hacer una memoria al uso de un trabajo, como si de una descripción mecánica se tratase, sino contribuir a que esta publicación muestre aquello que necesitemos pero que además añada una nueva capa de contenido a nuestro proyecto, enriqueciendo la lectura de la obra a la que acompaña.
Para entender el punto de partida de una publicación como documentación de un proceso, podríamos visualizar el catálogo de una exposición. Este generalmente contiene fotografías de las obras e información adicional: textos comisariales, entrevistas, documentación histórica, enlaces, etc. Ahora bien, si empezamos a recontextualizar y apropiarnos de la idea de catálogo, de manera que sea un elemento esencial para describir nuestro trabajo o proceso de creación, ahí tendremos el inicio de nuestra publicación. Una artista que trabaja frecuentemente la publicación como documentación de sus procesos es Sandra March. Por ejemplo, en su proyecto Anatómica (2010), que consta de ocho obras numeradas y correlativas, la artista produjo una serie de publicaciones que complementaban cuidadosamente cada pieza con todo tipo de detalles a los que el espectador no podía acceder simplemente viendo la obra original.