2.1. Ediciones de una página
A propósito de los libros, Georges Perec nos revelaba en Pensar/Clasificar (2017) que todo método de catalogación es susceptible de contener una fuga, una imposibilidad de abarcar el todo clasificado. Siempre habrá ejemplares que escapen a la categoría impuesta, lo que dará lugar a la necesidad de una nueva clasificación. Dicho esto, y asumiendo que las tipologías aquí establecidas puedan contener alguna fuga, vamos a aplicar un método de clasificación sencillo para distinguir tipos de publicación. El criterio que aplicaremos será el uso que se hace del elemento esencial de la publicación: la página. Partiremos de publicaciones que se desarrollan en una sola página, e iremos avanzando en la descripción de publicaciones más complejas en cuanto a extensión.
Un buen ejercicio para iniciarnos en el mundo de las publicaciones puede ser realizar una edición de una sola página. Esta constricción espacial nos facilitará abordar las ideas que queremos expresar, sin tener que pensar en un objeto excesivamente complejo de entrada. Una vez que hayamos conquistado esta práctica de síntesis y desarrollo de forma-contenido en un breve espacio, sabremos cómo desarrollar una publicación de mayor extensión, pues comparte los mismos principios, pero aplicados a un volumen mayor. Como mencionábamos anteriormente, un objeto editorial cuenta su idea desde el lugar que ocupa, sea este de una, cien o mil páginas. Como publicaciones que se desarrollan en una sola página, vamos a hablar aquí de pósteres y sus derivas, folletos (panfletos o flyers) y otros formatos digitales. Lo que tienen en común estas publicaciones de una sola página es que poseen una capacidad inmediata de transmitir su mensaje, ya sea gráficamente, a través de texto, o mediante una combinación de ambos.
El póster
Los pósteres o carteles son elementos que solemos encontrar en el espacio público. Su principal función es transmitir una información útil en el breve lapso que permite la mirada durante un recorrido en movimiento, para lo cual se ayudan de recursos estéticos que captan nuestra atención. Generalmente vemos en la calle carteles de publicidad o eventos, con sus correspondientes coordenadas espacio-temporales. Ahora bien, nos interesa aquí hablar del medio cuando este se utiliza de una manera más conceptual. El formato cartel es ampliamente empleado también en el ámbito de la creación, sin estar necesariamente sujeto a su uso publicitario. Por ejemplo, el proyecto Book 1 of 1 es un trabajo conceptual de Fiona Banner realizado en 2009, en el que la artista cuestiona la pertinencia de la edición múltiple o limitada. Se trata de un libro de una sola página de carácter autorreferencial que muestra, por todo contenido, el propio ISBN bajo el que está registrada la obra. Otros usos interesantes del formato póster serían los que de este hace El pressentiment, publicaciones editadas por el colectivo Espai en Blanc, que destacan por su carácter reivindicativo y su enfoque de código abierto, poniendo a disposición del público la descarga, impresión y envío de sus propuestas. Sobre el cartel, también resultan muy interesantes proyectos como public protest poster, plataforma horizontal ideada por el diseñador Raúl Goñi que consiste en una herramienta abierta al público para diseñar pósteres y que completa sus acciones con proyecciones de grandes dimensiones de dichos carteles en el espacio público.
La pancarta
En la línea conceptual de los pósteres, y aunque no entran en la categoría al uso de publicación impresa, múltiple y seriada, haremos una breve mención al fenómeno efímero de las pancartas. Las pancartas serían algo así como ediciones únicas, ejemplares hechos generalmente a mano y ex profeso para un evento/protesta en particular. De una manera distinta, pero igual de auténtica, transmiten el concepto de publicación como acción y efecto de publicar, como gesto comunicativo. Al fin y al cabo, este texto quiere abrir posibilidades de creación que puedan aportar nuevas dimensiones al ámbito de la publicación editorial. La pancarta como medio expresivo ha sido frecuentemente utilizada por artistas para llevar a cabo sus proyectos. Este es el caso de trabajos como HAHAHA protest de Anna Irina Russell o Cardboards, acción del artista Paweł Żukowski realizada en cuarenta balcones de Varsovia en la que invita a la reflexión desde el espacio público sobre asuntos políticos y sociales que afectan a la población residente.
Los folletos
En tanto que publicaciones de una sola página, los folletos, panfletos o también llamados flyers pueden ser igualmente utilizados en el ámbito artístico. Igual que pósteres y pancartas, sintetizan su idea en una página y se asocian generalmente al arte de propaganda. Ahora bien, existe una diferencia esencial con respecto a las anteriores. Así como pósteres y pancartas han de tener un tamaño suficiente que permita su visión a una cierta distancia (desde un formato A3 hasta las grandes dimensiones de las vallas publicitarias), los folletos son de pequeñas dimensiones. Se trata de soportes impresos que podemos llevar con nosotros y distribuir fácilmente. Lo modesto de su formato y su asequible producción han ayudado históricamente a distribuir ideas de manera disimulada, clandestina y también masiva.
Dado el caso, podríamos decidir que nuestra publicación fuese un conjunto de folletos, legibles como un todo, o a modo de mensajes individuales distribuidos en distintos puntos de un espacio. La forma de distribuir nuestras publicaciones es también una fantástica oportunidad para reforzar el concepto que con ellas queremos transmitir. Este es el caso del mencionado lanzamiento de panfletos que los futuristas perpetraron desde lo alto de una torre en Venecia, para difundir uno de sus manifiestos. Otros ejemplos históricos, más centrados en la propaganda política, serían las famosas PSYOPS, entre las cuales se cuentan los lanzamientos masivos de panfletos para influir a la población en tiempos de conflicto. Y como caso presente de acción artística y publicación editorial, mencionaremos los panfletos con los que la autora de fanzines Lara Martínez difundía su proyecto La Roja. Basado en las líneas telefónicas eróticas, se invita al público a recitar con voz «sexy» textos anticapitalistas, feministas, etc. Los folletos que invitan a la participación se distribuyen en parabrisas de coches como tarjetas de servicios sexuales.
Posts y soportes digitales
Los formatos de publicación arriba mencionados tienen también su alter ego digital. No queremos aquí tanto establecer una separación conceptual entre medio impreso y medio digital, como destacar una serie de características propias del espacio virtual, que confieren a las publicaciones una dimensión distinta. Nos centramos ahora en los posts, imágenes o mensajes que podemos publicar con un clic en redes sociales y plataformas. Como punto a favor, diríamos que no hemos de realizar una inversión económica tan grande como la necesaria para el soporte impreso. Por otro lado, la capacidad de transmisión inmediata e incluso viral del medio digital nos da una amplitud en la difusión sin precedentes. Por último, la hiperabundancia de contenidos digitales que podemos encontrar en internet, la rapidez con la que los consumimos y desechamos, y los propios factores algorítmicos de las plataformas, pueden hacer que eventualmente nuestras publicaciones pasen desapercibidas en el espacio digital.
Para concluir con esta categorización, pondremos aquí un ejemplo de fuga tipológica. Un contenido digital que comparte las características de distribución clandestina del folleto, que funciona como página, pero a la vez contiene una infinita cantidad en potencia de ellas, y que además es un objeto físico y una acción colectiva. Este es el caso del proyecto Dead Drops iniciado por Aram Bartholl en 2010, quien instaló con cemento una serie de dispositivos USB escondidos en paredes del espacio público, a los que cualquiera con un ordenador podía conectarse, iniciando así una red mundial de propagación de dispositivos, con sus correspondientes datos por este medio.