1.1. El Gótico
1.1.2. El libro del arte de Cennino Cennini
El libro del arte de Cennino Cennini, escrito a finales del siglo XIV, se considera el primer tratado técnico sobre pintura escrito por un pintor. En sus páginas se recogen a modo de recetas las técnicas y procedimientos que se impartían en el taller florentino de los Gaddi, donde Cennini se formó como pintor. Taddeo Gaddi había sido discípulo de Giotto y, por tanto, Cennini adquirió todos sus conocimientos a partir de la tradición giottesca. En su tratado, el pintor florentino supo plasmar de modo fiel y devoto los sistemas de trabajo de sus maestros.
La obra de Cennini se constituyó en un recetario en el que se recogían los consejos y las fórmulas sobre la técnica del temple, el fresco y la preparación de aceites y pigmentos. Además se daban pautas para representar las telas, la carne, el pelo o el agua, concibiendo el oficio de pintor como una tarea mecánica (Ball, 2012).
Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que el uso del color en la pintura medieval estaba muy limitado a unas restricciones adquiridas de la cultura bíblica. Las mezclas eran consideradas una práctica totalmente impura; no estaba bien visto combinar o fusionar ningún tipo de materia, y este concepto se extendía además a la vida cotidiana. Tales actos se relacionaban con lo maligno, se entendían como operaciones perversas que atentaban contra la naturaleza y el orden establecidos en la creación de Dios. Por lo tanto, en el terreno de la pintura, los pigmentos no se mezclarán para proporcionar distintos tonos de color (Pastoureau, 2006).
Siguiendo este credo, los artistas medievales expondrán los pigmentos más caros y deslumbrantes en diferentes planos de color para demostrar el poder de la Iglesia a través del arte religioso.
En la tabla Cristo in pietà (1365), de Giovanni da Milano, podemos ver ejemplificado este uso de los pigmentos que se consideraban más valiosos durante este periodo medieval: el azul ultramar en el manto de la Virgen, el bermellón en la túnica de María Magdalena y el oro que inunda todo el fondo de la representación.
Cennino Cennini considera el dibujo y el color fundamentales, y explica el proceso de creación de una pintura siguiendo la técnica de su gran maestro Giotto.
El momento inicial y central de la creación es el momento en que se crea una estructura a través del claroscuro; el dibujo crea un relieve a partir de luces y sombras. Las siguientes fases de aplicación del color dependerán de este primer momento. A continuación se integrarán los colores que irán afianzando el claroscuro a través de la incorporación de tonos claros y oscuros dispuestos en tres únicos cuencos, uno para cada pigmento. El color puro se irá aclarando hasta llegar al blanco que representa la máxima luminosidad.
En la tabla de Giotto Maestà di Ognissanti (1305-1310) podemos observar, además del uso de los colores propios del Medievo, antes mencionados, el empleo de esta técnica para la obtención de distintos tonos a partir del pigmento crudo. Podemos ver en el detalle de los pliegues cómo se ha efectuado una transición de sombras a luces a partir de la introducción del blanco que describe Cennini.