4. Análisis de información

4.1. Análisis cualitativo

El análisis cualitativo es aquel proceso que trata de interpretar y dar orden a una información sin hacer uso del lenguaje matemático o la estadística. Normalmente, la información que se analiza cualitativamente suelen ser discursos producidos por el habla, anotaciones escritas o imágenes. Para realizar un análisis cualitativo, se debe disponer de materiales donde la información ya se encuentre recogida de manera limpia y ordenada. Estos documentos suelen ser las transcripciones de entrevistas y el documento donde se ha registrado la información de las pautas de observación, aunque en algunos casos estos materiales pueden ser también visuales, sonoros o audiovisuales.

Una vez se dispone de esos materiales, la herramienta más eficaz para ordenar y dar sentido a la información, con el fin de responder a los objetivos/preguntas de la investigación, es la teoría. Tal y como se ha visto en el apartado 2.2. dedicado a la utilización de la teoría, las ideas y conceptos que contiene la perspectiva adoptada suelen guiar la interpretación de la información. No obstante, se podría decir que todo analista social y artístico debe adoptar una serie de actitudes como las siguientes (Serrano, 2015a, págs. 36-40):

  • Desmitificación: a la hora de analizar lo dicho o lo observado hay que intentar no caer en la confirmación, es decir, se debe evitar aceptar irreflexivamente la definición que el sujeto o sujetos estudiados dan sobre su realidad o sobre sí mismos, aunque su estatus dentro del ámbito estudiado sea más elevado. Por supuesto, tampoco hay que caer en el otro extremo: negar la capacidad del otro para definir la realidad.
  • Mirada holística: cuando se analizan fragmentos de información no hay que olvidar el resto de fragmentos, cómo fue obtenido o el contexto que lo rodea. Para ello, el primer paso que se debe realizar en la fase de análisis debe consistir en una lectura pausada de la totalidad de la información con la que se cuenta. Esto permite adquirir una mirada holística, es decir, una mirada que es consciente del conjunto.
  • La sospecha: si la investigación no dispone de hipótesis que se deben comprobar o falsar, es recomendable preguntarse siempre el porqué de aquello que se está analizando y construir una serie de conjeturas o explicaciones temporales que se van poniendo a prueba a medida que se analiza el conjunto de la información. Si se utilizan hipótesis, conviene buscar todo aquello que podría ser contrario a ellas y pensar en una posible explicación del no cumplimiento de la hipótesis inicial.
  • Tener siempre en mente los objetivos/preguntas de investigación, así como la posición del actor o actores (humanos o no humanos) que han proporcionado la información a analizar.

Aunque este conjunto de actitudes generales son esenciales para el análisis, este se ve facilitado mediante el seguimiento de estrategias de análisis. Estas estrategias son herramientas que se pueden aplicar en la mayoría de los análisis cualitativos y que complementan la aplicación de las ideas y conceptos de la perspectiva teórica elegida. De nuevo, se ofrecen en un listado con explicaciones y ejemplos:

  • Diferenciar niveles: en el proceso de análisis, el investigador o investigadora debe distinguir entre el análisis de primer grado, que consiste en la descripción ordenada de las declaraciones, opiniones, interpretaciones o acciones del informante; del análisis de segundo grado, mucho más importante, que se basa en las interpretaciones propias, resultado de la utilización de la teoría, de la adopción de actitudes analíticas como las antes vistas y de la aplicación de alguna o varias de las presentes estrategias.
  • La comparación: uno de los beneficios de la mirada holística en el análisis de la información es la posibilidad de realizar comparaciones. Las comparaciones son herramientas muy útiles para encontrar semejanzas y diferencias entre casos, lo que resulta muy útil a la hora de identificar patrones y realizar generalizaciones. Utilizar una tabla en la que se apuntan diferencias y semejanzas entre casos es una herramienta sencilla y que provoca la creación de ideas o conjeturas de análisis muy interesantes.
  • El rol mantenido: una de las primeras interpretaciones que se pueden hacer de los discursos obtenidos consiste en la identificación de los papeles más importantes que adopta el informante en sus declaraciones. Por ejemplo, al entrevistar a un agente del mundo del arte, este puede tomar el rol o papel de artista en algunas declaraciones, de consumidor cultural en otras o, incluso, de madre o de miembro de la clase media. En las observaciones, estos roles pueden ser inferidos mediante los actos, el vestuario o cualquier otro elemento que se considere oportuno. En este caso, si alguien lleva un micrófono en un grupo, se puede pensar que esa persona es la líder o la guía del resto; y la vestimenta puede dar pistas sobre el estatus socioeconómico de una persona. Por supuesto, no se trata de explicitar todos estos roles mantenidos, sino únicamente los más relevantes, pues estos informan de la posición desde la que se habla o actúa (Conde, 2009).
  • Enfrentamientos o ejes: los discursos sociales o de un colectivo acerca de un tema suelen estar ordenados a partir de enfrentamientos sobre cuestiones relevantes dentro de un tema. Así, una buena estrategia de análisis consiste en identificar estas tensiones situando uno o varios ejes que vayan desde una posición extrema hasta la otra. Este eje permite ubicar a cada informante en un punto de cada uno de esos ejes identificados. Además, se puede conectar la posición en un eje con la mantenida en otro, de tal manera que al final los ejes de enfrentamiento y sus posiciones estén relacionadas entre sí.
  • Palabras clave o espacio semántico (Conde, 2009): consiste en la identificación de términos, palabras o, incluso, acciones concretas que condensan mucho sentido o significado. Una vez identificadas se pueden asociar a roles o posiciones en los ejes de enfrentamiento. Por ejemplo, si se entrevista a un agente del mundo del arte y este utiliza en muchas ocasiones la palabra cliente, se podrá realizar alguna conjetura sobre una posible visión donde el fin mercantil es prioritario. En muchas ocasiones, la identificación de figuras retóricas como las metáforas o las metonimias facilita esta tarea.
  • Identificar las atribuciones causales o de responsabilidad: a menudo en los discursos se señalan las causas o la responsabilidad de un hecho o fenómeno social. Teniendo en cuenta la separación de los niveles de análisis y la desmitificación que se debe practicar, la identificación clara de estas atribuciones permitirá su comparación con las realizadas por otros informantes, con los datos estadísticos que se manejan del contexto e incluso la identificación de enfrentamientos y de las posiciones mantenidas por los actores que se investigan.

Las anteriores estrategias y herramientas se pueden aplicar de manera individual o conjunta y en el orden propuesto o en cualquier otro que se estime conveniente. En todo caso, deben ir acompañadas de la aplicación de los conceptos e ideas de la perspectiva teórica adoptada. La teoría sirve para hacer mejores conjeturas sobre qué es lo que está pasando o sobre cuál es la mejor manera de ordenar y clasificar la información. Los conceptos clave de la teoría escogida permiten interpretar esta información bajo una luz determinada, y percibir significados concretos en ella. Recuperando los dos marcos teóricos mencionados en el apartado 2.2., se puede detectar cómo influye el capital cultural en la manera que un sujeto determinado tiene de relacionarse con el museo y sus contenidos en la entrevista que se le hizo o en las notas que se tomaron al observar su visita. O bien, en esos mismos materiales, se puede identificar la idealización en la conducta de los visitantes al museo y valorar qué objetivos persigue esta conducta idealizada o qué pretende ocultar y a qué coste.

Durante el proceso de análisis, aplicando la teoría y algunas de las estrategias presentadas, la realización de esquemas o tablas es de gran ayuda, primero, para organizar el pensamiento y, segundo, para presentarlo ante la audiencia. Por ejemplo, la comparación de diferencias y semejanzas entre casos puede ser realizada y presentada en una tabla. También los enfrentamientos o ejes pueden ser representados en un diagrama donde se muestran los ejes, las posiciones identificadas dentro de ellos o incluso el cruce de varios ejes y las posiciones en los cuadrantes resultantes. A continuación, se muestran ejemplos de visualización gráfica de los distintos tipos de perfiles de visitantes en función de su posición en varios ejes o variables:

Figura 3. Perfiles de visitantes de museos
Fuente: Elaboración del autor (de Gracia 2014).

 

Figura 4. Espacio social y prácticas sociales según Bourdieu (1996)
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Bourdieu#/media/Archivo:Espace_social_de_Bourdieu-es.svg

 

Figura 5. El campo de la producción cultural según Bourdieu (1993)
Fuente: http://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/8/4/000195/resources/images/figure04.png