Abordar la evolución de las técnicas y los materiales pictóricos supone acercarse a la cultura, la política, la religión y los hechos históricos y sociales de cada periodo artístico. Comprender estos fenómenos y desarrollos implica situar la obra de arte en un marco complejo de relaciones.
Los diferentes usos del color a lo largo de la historia y los diversos significados que ha adquirido en cada momento nos demuestran que no existe una verdad absoluta y universal. La experiencia visual en cada periodo histórico responde a una ideología, a una forma de entender el mundo y construir la realidad.
«El color no es solo un fenómeno físico y perceptivo; también es una construcción cultural compleja. El color es, ante todo, un fenómeno social».
De acuerdo con esta afirmación, es importante insistir en que es necesario entender el arte como un elemento más que, históricamente, ha formado parte de forma activa en los cambios sustanciales que se han dado en los diferentes planos culturales, históricos y sociales. Esta idea va mucho más allá de la tradicional y estrecha concepción del arte como reflejo de una época y de una sociedad.
El uso de los materiales y técnicas está estrechamente ligado a la intencionalidad del artista. Analizando estos usos en su contexto, podemos trascender la mera descripción de los procedimientos del oficio y tratar de dar respuesta a preguntas como ¿qué significa la imagen?, ¿qué se entiende por arte en cada época?, ¿qué función tienen el artista y la obra de arte en cada sociedad?
En el contexto de esta asignatura, se pretende que el conocimiento de las diferentes técnicas y materiales nos permita acercarnos a la práctica artística de forma reflexiva y crítica. El conocimiento de los procesos contextualizados nos ha de servir no solo para tener conocimiento de una serie de recursos plásticos, sino para ser capaces de situar nuestro trabajo en un periodo de la historia y la cultura, y desde ahí reflexionar sobre nuestra propia práctica.