2. El sector privado del arte en España

2.2. Agentes destacados del sector privado español

2.2.5. Las bienales

Junto a macroeventos como la feria de ARCOMadrid, sobreviven a duras penas eventos pequeños pero muy cuidados. Se trata de citas desplazadas en relación con los centros económicos del país, y que se sustentan en buena medida gracias a un casi completo voluntarismo y a escasas ayudas públicas. Entre otros ejemplos posibles, que contrastan irónicamente además con el inflacionado término de «biennale», tenemos la Biennal de Jafre, que desde 2003 presenta propuestas artísticas site-specific y encuentros entre profesionales y aficionados del arte contemporáneo en un pueblo minúsculo de Cataluña durante un fin de semana.

Otro caso parecido es la Bianyal, un itinerario cultural organizado por el Ayuntamiento de la Vall de Bianya y la Associació Binari. Esta iniciativa recibió precisamente el premio de la Associació Catalana de Crítics d’Art (ACCA) en 2018 por sus esfuerzos «para conjugar con cuidado y calidad el paisaje, el patrimonio y la contemporaneidad, a través de intervenciones artísticas intergeneracionales» (ACCA, 2018).

Al analizar las diversas opciones de colaboración entre las iniciativas privadas y lo público, quizá habría que destacar ciertas propuestas que actúan de manera local y continuada desde la propia ciudadanía y que son capaces de pensar globalmente, pues sus contenidos establecen diálogos con actores y cuestiones internacionales. Entre las muchas características positivas de estas iniciativas está la cercanía con un territorio que los organizadores conocen a fondo (normalmente, viven en este mismo territorio) y que tratan de enriquecer con sus propuestas de participación cultural.

Por otro lado, un típico error consiste en ir a buscar grandes eventos franquicia que ya vienen organizados, bien empaquetados y listos para el uso. Suele ser un fracaso y salir caro a las administraciones públicas, al tiempo que sustraen también recursos privados que podrían haberse empleado por otras iniciativas que dejasen una huella positiva en el territorio, en sus organizaciones y actores. Cuando Manifiesta se celebró en Murcia tuvo muchas críticas de las que es importante aprender para no repetir los mismos errores (Ruiz, 2020). Esta bienal nómada europea surge al acabar la Guerra Fría. Sus objetivos básicos son la integración europea mediante la cultura. En 2024 está previsto que se celebre en Barcelona, donde se plantea construir una plataforma de diálogo entre el arte y la sociedad, reivindicando el papel de la cultura como medio para efectuar un cambio social.