1. Definición de sector privado

1.5. Agentes protagonistas del sector privado del arte

1.5.6. Los coleccionistas

Aunque deberíamos incluir a los coleccionistas en la parte dedicada al mercado, ya que son los consumidores VIP, también cumplen una función de apoyar y financiar económicamente la creación y la producción de obras y bienes culturales. Los coleccionistas privados se dividen en:

  • Particulares.
  • Empresas: que poseen una colección corporativa o adquieren obras de arte para exhibirlas en sus propiedades o decorar sus establecimientos.
  • Museos/fundaciones: que las conservan y las exponen al público a través de exposiciones y a menudo las prestan a otras instituciones para sus proyectos expositivos.

Muchas y muy distintas son las motivaciones que animan al coleccionista a comprar obras de arte. El goce de la obra y su disfrute estético quizá sean las más comunes y extendidas. Puede existir un profundo interés en la investigación de un determinado artista que anima al coleccionista a adquirir una obra y a seguir comprando más obras del mismo artista a lo largo de su carrera. También puede ser una motivación meramente decorativa (el caso más común es la necesidad de llenar una pared vacía en casa), así como un interés cultural hacia el arte, favorecido por visitas regulares a museos y galerías en su ciudad de residencia o durante sus vacaciones. Luego está el estatus que confiere poseer y enseñar sus adquisiciones a los demás.

Finalmente, pueden existir razones especulativas, es decir, el interés en adquirir una obra de arte para venderla posteriormente y obtener beneficios al final de la operación. Los coleccionistas de esta categoría suelen ser, en realidad, muy escasos, porque los riesgos son mucho más elevados que un hipotético retorno económico, aunque esta tipología cosecha siempre una gran atención mediática. Evidentemente, en su amplia mayoría estos coleccionistas se limitan al mercado secundario, ahí donde el valor de una obra es más elevado, pero sobre todo está más establecido, frente a la característica incertidumbre del mercado primario.

Para terminar, es importante tener en cuenta que todas estas motivaciones no están netamente separadas las unas de las otras y que en el momento de la adquisición normalmente conviven varias en la mente del coleccionista.