3. La profesionalización en el sector privado español

3.2. La profesionalización del sector artístico

3.2.4. Las empresas

En el amplio contexto del sector privado, es difícil proponer una visión exhaustiva del conjunto de empresas existentes o destacar ejemplos que sean más significativos que otros. Obviamente, existen empresas grandes cuyas plantillas incluyen más trabajadores y consecuentemente producen más posibilidades de empleo. Sin embargo, como hemos visto, este sector se nutre principalmente de pequeñas empresas y autónomos.

Teniendo en cuenta el número total de artistas visuales en España, hay muy pocos que realmente tengan éxito comercial o institucional. Entre estos pocos encontramos precisamente a los que disponen de un estudio con asistentes y otros profesionales que colaboran y los ayudan a realizar sus obras. Una figura como el studio manager en España no es tan común como lo es el asistente de artista. El primero implica la existencia de un estudio en el que hay que gestionar a muchos profesionales; el segundo se refiere a un solo ayudante, más o menos fijo, que ayuda al artista en sus producciones más complejas o cuando hay poco tiempo antes de la entrega de una obra al coleccionista o de una exposición. El asistente suele colaborar con el artista de manera puntual para un proyecto o una exposición. Mientras que el studio manager mantiene una relación de trabajo continuada y parte de su tarea consiste en gestionar un equipo que produce los proyectos del artista.

Existen estudios grandes con tecnología sofisticada y muchos profesionales implicados, por ejemplo, el estudio de Jaume Plensa, que realiza grandes y numerosas obras en el espacio público y en instituciones privadas. Este tipo de estudio requiere de herramientas y profesionales cualificados, así como del presupuesto necesario para hacer frente a sus gastos.

Existen también empresas de transporte especializadas en arte que ofrecen servicio de instalación de obras en exposiciones. Entre las más destacadas en España se encuentran TTI, SIT y ORDAX. Se trata de empresas con mucho recorrido y profesionalidad a la hora de manipular las obras de arte. Normalmente, son contratadas por museos o grandes instituciones privadas, puesto que sus servicios suponen unos costes elevados. Estas empresas ofrecen muchas veces puestos de trabajo y permiten desarrollar una profesionalidad dentro de un contexto estable. Está muy extendida la figura del montador o ayudante de artista que trabaja como freelance cuando puede o cuando lo necesita, compaginando esta ocupación con su investigación artística.

Por otro lado, hay empresas que se dedican solamente al diseño y montaje de exposiciones, aunque pueden coordinar o subcontratar varios servicios relacionados con la producción de los eventos artísticos (transporte, diseño, etc.). Intervento es una de las más destacadas a nivel nacional, con sedes en Madrid y Barcelona, pero hay múltiples estudios de arquitectura y diseño que se dedican al diseño y montaje (TAT_Lab, entre otros). Finalmente, Factum es una empresa muy especializada que se dedica a la producción de obras de arte de alto nivel, con artistas muy conocidos internacionalmente entre sus clientes, a través de una sofisticada tecnología y saberes artesanales. En el caso de tener interés en este campo, es útil fijarse en los créditos de las exposiciones donde suelen aparecer todas las empresas implicadas en su realización.